domingo, 22 de marzo de 2015

James Cagney, mafioso con alma de bailarín


''No quiero ser conocido solamente por un tipo de papel. Intento actuar en muchos papeles diferentes''. James Cagney.


 Los verdaderamente grandes actores son capaces de acoplarse a cualquier tipo de papel, James Cagney fue uno de esos intérpretes todoterreno que bordaban cualquier personaje y lo hacían completamente suyo. Cagney fue un actor de carácter y de singular trayectoria, puesto que, sin ninguna duda, era un intérprete de contrastes (por su mirada turbia y por su rostro de facciones duras, encajaba en el perfil de gangster a las mil maravillas pero en su carrera, también mostró una vertiente mucho más cómica y luminosa, Cagney, de hecho, siempre se consideró cantante y bailarín antes que actor). Esa dualidad interpretativa, constituye uno de los aspectos más interesantes de su labor como actor, poseía una asombrosa capacidad para mimetizarse con cualquier papel, nada se le resistía. No era intérprete por vocación, simplemente, veía la actuación como un empleo más, se sentía más cómodo en su faceta de cantante-bailarín. James Cagney (aunque diera la impresión de estar hecho para roles de mafioso), disfrutaba más, cuando en la gran pantalla, podía dar rienda suelta a sus notables dotes de bailarín (de hecho, aún en sus cintas noir, intentaba realizar sus peleas de manera coreográfica).

En su época, debido principalmente a su perfil de tipo duro cinematográfico, rivalizaba directamente con Bogart, Spencer Tracy o Edward G. Robinson por los favores del público. Curiosamente, con Bogart coincidió en dos ocasiones (en ''Ángeles con caras sucias'' y en ''Los violentos años veinte'') y mantuvieron una relación poco amistosa, surgiendo algún que otro pique sin importancia entre ambos.

James Cagney y Jean Harlow en ''El enemigo público''.


Un actor explosivo y certero en cualquier registro. Su reducida estatura, no era un obstáculo, para ser enorme en la gran pantalla (intérprete camaleónico, insuflaba a sus películas, mucha fuerza, carisma y energía, siendo uno de los actores con mayor personalidad de la Historia del Cine).
Popularmente es conocido como uno de los tipos duros por antonomasia del cine clásico de Hollywood pero era tan bueno en su oficio, que resulta verosímil, en el extremo opuesto, en personajes más afables o bonachones, sin chirriar en ningún momento.

''No era un tipo a lo Gene Kelly. Era pequeño y belicoso... Nadie pensaba que fuera un bailarín. El rol de gangster le iba como anillo al dedo. Y él no cambiaría eso''. Virginia Mayo.     

Criado en Yorkville (uno de los barrios más conflictivos del Nueva York de principios del siglo XX) pero de origen irlandés ("de donde yo vengo, si puedes ganar un dólar no haces preguntas, simplemente vas y lo haces", solía decir). James tuvo una infancia difícil, donde fue testigo del alcoholismo y ludopatía de su progenitor. Segundo de cinco hermanos, con 9 años, su padre empezó a mandarle al bar a comprar botellas de whisky. Lógicamente, ante esta trágica situación, su madre Carolyn, fue quien se hizo más cargo de sus hijos. Cagney desde su juventud, fue un ferviente defensor de las causas justas (actitud loable y combativa que mantendría también en su madurez, llegando incluso a ser acusado falsamente de comunista), granjeándose muchos problemas y peleas por defender sus ideales (en una ocasión, se hizo amigo de un chico problemático que, años más tarde, acabaría en un hospital para dementes, el bueno de Cagney intentó ayudarle, mandándole ropa pero no le llegó nada, debido a que la policía se quedó todo).



En 1918 cuando estaba estudiando Arte en la Universidad de Columbia, su padre fallece. A partir de este trágico suceso, Jimmy se ve obligado a dejar la carrera para ayudar a mantener económicamente a su familia, desempeñando todo tipo de pequeños trabajos antes de debutar en el mundo del espectáculo, como decorador. De ahí, saltó rápidamente a la interpretación, su primer papel en el mundo del vodevil, fue dando vida a un personaje afeminado.
Meses después, Cagney conocería a Frances Vernon, la que acabaría siendo su única esposa, se casaron en 1922 y estuvieron juntos hasta la muerte del actor en marzo de 1986, debido a un ataque al corazón. Frances Vernon fue decisiva en la carrera cinematográfica de James Cagney, el mítico actor estaba hastiado del teatro debido al poco dinero que ganaba con él, a causa a ello, se veían obligados a dormir en hostales de mala muerte, y fue ella, la que confió fuertemente en sus aptitudes artísticas y le animó a que no se rindiera, ya que estaba segura de que terminaría siendo una estrella. Vernon, fumadora empedernida, enseñó a Cagney a fumar para las películas sin tragar el humo, ya que Jimmy no tenía el vicio de fumar en la vida real. Jimmy daba una imagen de persona extrovertida e ingeniosa en pantalla, pero en la vida real, según aseguran sus íntimos, era un ser más reservado aunque tenía un estupendo sentido del humor. Le encantaba leer y le gustaba muy poco socializar.



Tras protagonizar varias comedias musicales junto al amor de su vida Frances Vernon, Cagney empieza a despuntar en Hollywood en 1930, a la par que las películas sonoras. Firmó un contrato de larga duración con Warner Bros (al mismo tiempo, que otros actores legendarios como Bette Davis y Edward G. Robinson), y después de una serie de papeles sin sustancia, en 1931 llegaría su gran oportunidad con la sólida y contundente ''El enemigo público'', en la cual, su interpretación fue muy notable y empezó a perfilarse como el tipo duro del Hollywood dorado. Tras este éxito, todo fue sobre ruedas en la carrera de permanente ascensión de Cagney, en la cual, se alternaban con pasmosa facilidad, roles y géneros antagónicos, desde dramas o comedias pasando por westerns o adaptaciones de William Shakespeare. Cagney era una bestia interpretativa que brillaba en cualquier registro, era mucho más que el gangster eterno (de hecho, fue un intérprete muy completo, dotado no solamente para la interpretación, si no también para el canto y el baile), la Warner no supo explotar su potencial musical. Cuando aterrizó en esta poderosa productora -para la cual, trabajaría en multitud de ocasiones-, Jack Warner le hizo rellenar un cuestionario, Cagney anotó dos cosas que podrían considerarse toda una declaración de intenciones: le molestaban sobre manera, las tonterías y las preguntas bobas. Y como razón para querer actuar, simplemente se limitó a responder, que tenía necesidad de encontrar un empleo y aseguró que no buscaba el estrellato.

James Cagney y Olivia de Havilland en ''La pelirroja''.

Debido a su estatura, en los inicios de su carrera, le costó encontrar su hueco. La Warner a modo de prueba, le ofreció al principio, un contrato de tres semanas destinado a papeles secundarios. Jack Warner terminaría dándose cuenta enseguida que Cagney tenía talento, debido a ello, le ofreció finalmente un contrato de larga duración. A lo largo de su carrera, Cagney tuvo varios encontronazos con la Warner (con idas y venidas incluidas, se marchó y volvió a lo largo de los años, llegó incluso, a montárselo en solitario creando la Cagney Production, que tras rodar tres filmes, terminaría cerrando), principalmente, por sus lógicas exigencias de mejor salario (empezó cobrando solamente 400 dólares por semana pero a medida que sus éxitos para esta compañía se fueron amontonando, la cifra fue creciendo de manera considerable) y mejores roles. Se convirtió en uno de los actores mejor pagados de Estados Unidos. Cagney no fue la única estrella que tuvo desavenencias con Jack Warner, otros nombres ilustres del celuloide clásico americano, actrices con agallas como Bette Davis u Olivia de Havilland, se enfrentaron a él, reclamando lo mismo que Cagney, un mejor salario y mejores papeles. Cagney también tuvo sus desencuentros con algunos directores, con Michael Curtiz (aunque era algo habitual que los actores no conectaran con este cineasta, ostentaba la mala fama de no saber tratarlos) y con Billy Wilder por lo metódico que era.



Cagney durante toda su vida, luchó contra la pobreza, las injusticias (por ejemplo, dando dinero para apoyar las huelgas de campesinos y mineros o también donándolo de su propio bolsillo para echar una mano a unos jóvenes negros que habían sido acusados falsamente de violación) y contra el sistema de estudios y la Warner Bros en particular -''Nos sacaban todo lo que podían, días de rodaje de diez o doce horas. Trabajábamos los sábados de 8 de la mañana hasta el amanecer, llegando a un punto de extenuación en que ya no podíamos ver''-. Debido a la explotación de los estudios que solían tratar a los actores como esclavos, Cagney fundó junto a otros compañeros de profesión, un gremio de actores. Cagney en octubre de 1933 fue escogido como el primer vicepresidente. En seis semanas, el sindicato creció a 4.000 miembros y los Estudios se vieron obligados a mejorar las antiguamente abusivas condiciones de trabajo. En definitiva, James Cagney fue toda una personalidad tanto dentro como fuera de la pantalla.

30 años después de empezar su carrera cinematográfica, Cagney abandonó el cine, debido, en gran medida, al rodaje tan intenso de ''Uno, dos, tres''. La edad empezaba a pasar factura, no solamente a nivel de cansancio físico, si no también, a lo que la memoria se refiere, le costaba recordar sus diálogos. ''Me gusta actuar. A Jimmy no. Pero fue una bendición para él. Le dio la posibilidad y los medios de desarrollar otros intereses. Le gustaba escribir y pintar. Y adoraba los caballos. Vivió la vida que quiso vivir gracias a la interpretación'' -Jack Lemmon-.

En 1974, reapareció públicamente para asistir a un homenaje que le concedía el American Film Institute. Poco después de este acto, caería enfermo, y sólo rodaría dos películas antes de morir en 1986.




TÍTULOS DESTACADOS

''Al rojo vivo''
''Uno, dos, tres''
''El enemigo público''
''Ángeles con caras sucias''
''Los violentos años veinte''
''Yanki Dandy'' (Oscar al mejor actor)
''El hombre de las mil caras''
''Ámame o déjame''
''La pelirroja''
''Ciudad de Conquista''

sábado, 21 de marzo de 2015

Claudette Colbert, reina de la comedia romántica clásica (I)

 INTRODUCCIÓN

   Por Alba Mirás.


"Actuar es algo para lo que naces. Lo tienes o no lo tienes". Claudette Colbert.


 La comedia actual, ha perdido (en gran medida) la solidez, originalidad y clase, de las que hacían gala, las cintas de este género del Hollywood dorado. El humor en las últimas décadas, ha evolucionado, en muchos casos, hacia una vertiente más soez, agresiva y facilona, muy alejada del estilo refinado, inteligente y sutil de las mejores comedias clásicas. La comedia moderna, vive un evidente estancamiento, ante el agotamiento de fórmulas, la inclinación del público mayoritario hacia una comedia de trazo grueso y la necesidad de buenos directores especializados en el género. Lógicamente, los gustos cinematográficos han cambiado, pero la calidad siempre debería de prevalecer, adaptándose a su vez, a las demandas de los nuevos tiempos. El añejo cine de Hollywood era rico en maestros de la alta comedia, como Ernst Lubitsch, Frank Capra, Preston Sturges, Gregory La Cava, George Cukor o Billy Wilder, etc. Sé que es un tópico aquello de que ''el cine de antes era mejor'', pero según descubro más filmes clásicos, tengo más claro que, en tiempos pasados, se realizaban buenas películas con más frecuencia y se arriesgaba más, en mi opinión, el cine americano actual (sin contar, el cine independiente, que sí lo veo, en un buen estado de forma) está en decadencia, volviendo a esa tendencia del cine dorado de Hollywood, de adoptar talento foráneo con éxito, como queda patente, en el hecho de que los últimos 5 ganadores del Oscar al Mejor director no son norteamericanos.


En la época del cine dorado americano, se hallaban gloriosas actrices cómicas (que en muchos casos, saltaban a roles más dramáticos con admirable credibilidad), grandes damas llenas de talento y carisma como Claudette Colbert, Jean Arthur, Irene Dunne, Carole Lombard, Myrna Loy, Rosalind Russell o Katharine Hepburn, etc.


Instintiva, pícara, moderna para su época, risueña, talentosa, versátil, habitualmente afinada... Claudette Colbert, de origen francés, es una de las actrices más destacables de la mejor comedia clásica americana. Esas old comedies sofisticadas, encantadoras e ingeniosas, que son mágicas e indelebles.

Claudette Colbert desprendía luminosidad, encanto especial y elegancia innata en pantalla. Su picardía, mordacidad y naturalidad, la hacían única e idónea para todo tipo de comedias, desde las más enloquecidas de Preston Sturges por ejemplo, hasta las comedias románticas de estructura más clásica. Aunque se especializó en el género cómico, sus pocas frecuentes incursiones en películas de calado más serio o profundo, también son memorables, a destacar especialmente, sus magníficos trabajos en ''Desde que te fuiste'', ''Tempestad en la cumbre'', ''Pacto tenebroso'', ''Regresaron tres'' o ''Imitación de la vida''. Dotada de una vis cómica maravillosa, también se manejaba con admirable solidez y soltura en melodramas o dramas, demostrando así, una gran versatilidad. Su rostro entre risueño y ladino, le permitía jugar con sus registros y resultar creíble en todo tipo de personajes. Colbert, es sin duda, una actriz que hechiza y engancha a los verdaderos cinéfilos. Poseía la cualidad más esencial (además de talento) para la comedia: un carisma arrollador, un rasgo interpretativo muy característico suyo, que facilitaba simpatizar con sus roles y creértelos. La considero, la intérprete ideal, para cuando te apetece desconectar de tu rutina diaria, ver una de las deliciosas comedias (que se encuentran con facilidad en su filmografía) protagonizadas por ella, supone un intenso rato de auténtica alegría, que le sube el ánimo a cualquier espectador mínimamente receptivo.

La grandeza interpretativa de Colbert no reside solamente en ser una de las intérpretes cómicas más excepcionales y genuinas que ha dado el cine, si no también, otro factor de vital importancia, es su probada polivalencia, escogió ir más allá y no acomodarse en exceso en un género que domina, dando muestras de que era una actriz dramática muy potente. Claudette Colbert, una actriz siempre afinada, que no desentona en ningún registro. Su voz (original) era suave, armoniosa y con personalidad (de esas voces que encandilan, con una sonoridad similar a la de Margaret Sullavan).

Claudette era una actriz única, que impulsó una imagen de mujer desinhibida, resabida e independiente. Su estilo interpretativo (especialmente, en cuanto a sus comedias, se refiere), era totalmente opuesto a la ñoñería o la mojigatería, podría decirse, que fue una adelantada a su tiempo, retratando en la gran pantalla, a personajes femeninos atrevidos, aguerridos y modernos para la época, que no eran seres dóciles al servicio de los hombres (ese perfil puritano de esposa amantísima, que el Código Hays, intentaba imponer a toda costa, cortándole las alas a la libertad individual de cada mujer). Una auténtica experta a la hora de introducir connotaciones sexuales o picantes en sus personajes, de manera tan natural, que la censura no se percataba.


Era hija de un banquero francés que se trasladó a Estados Unidos en 1906 desde Francia, cuando Claudette tan solo contaba con tres años. Desde el principio, fue una enamorada de las obras de Broadway y deseaba fervientemente debutar allí. En la adolescencia, completamente convencida de su vena artística, comenzaría a estudiar Arte Dramático, costearía sus lecciones trabajando en una tienda de ropa. En 1923, conseguiría por fin, debutar profesionalmente en las tablas, con la obra ''The Wild Wescotts'', decidió adoptar el apellido artístico de Colbert (su nombre real era Emilie Claudette Chauchoin). En el momento, en el cual, la Gran Depresión cerró la mayoría de teatros, Claudette inició su carrera cinematográfica. Su primera cinta fue la muda ''Los tres papás'' de 1927, a las órdenes del mítico Frank Capra, que curiosamente, resultaría ser un fiasco en taquilla. Al año siguiente, se redimiría, con el éxito de ''The Lady Lies'', al cual, se sucedieron otros tantos aciertos comerciales.

Ha trabajado con excelentes cineastas como Mitchell Leisen, Lubistch, DeMille, Frank Capra, Gregory La Cava, Douglas Sirk o John M. Stahl, etc. Sus compañeros actores destacan, su calidad humana -cálida, encantadora y positiva, son los calificativos que suelen repetirse con frecuencia- y su entrega máxima a la hora de interpretar.





''Imitación de la vida'' (John M. Stahl, 1934)
   Por Alba Mirás. 


John M. Stahl es considerado el precursor de Douglas Sirk (el realizador alemán, adaptaría, años después, algunas películas suyas bajo su personal prisma). Esta primera versión cinematográfica de ''Imitación a la vida'', resulta menos interesante y sugerente de la realizada en 1959 por Sirk, podría ser considerada como una especie de ensayo de la misma historia, aunque curiosamente, ambas siguen un desarrollo bastante diferente. Sirk supo dotarla de mayor profundidad, emotividad, riqueza en matices y mejores interpretaciones, aún así, aunque es menos lograda, Stahl realiza una película correcta, que cuenta con una buena interpretación de Colbert (siempre a la altura de las exigencias de cada papel).


 ''Sucedió una noche'' (Frank Capra, 1934)
    Por Alba Mirás. 


Frank Capra fue uno de los directores fundamentales de la mejor comedia clásica, apostó por realizar películas desde un prisma humanista (en constante exaltación de los buenos sentimientos), optimista y liviano. En sus tiempos, su humor generalmente bien intencionado (aunque, en cintas, como ''Caballero sin espada'' o ''Juan Nadie'' demostró una vertiente crítica sin concesiones) fue tachado de blandengue e ingenuo por la crítica especializada. Sin duda, fue un genio, dirigiendo con maestría, esas comedias vitalistas maravillosas e imprescindibles.

''Sucedió una noche'' es una screwball comedy ejemplar y deliciosa, funciona igual de bien como comedia, que en su intención de narrar una historia romántica tradicional. Posiblemente, mi película favorita de Claudette Colbert junto a ''Medianoche''. La actriz ganó su primer y único Oscar por su excepcional trabajo en esta preciosa e hilarante comedia romántica. ''Sucedió una noche'' es un milagro cinematográfico, una maravilla. Ni Capra, ni Colbert, ni tampoco Gable, confiaban en el éxito de la película, pero se terminó convirtiendo en una película imperecedera y en una de las mayores triunfadoras de los Oscar, consiguiendo los 5 premios principales (actor, director, actriz, guión y película).

Se rumoreaba que Colbert no mantuvo una buena relación con Frank Capra durante el rodaje.
Tan de improviso pillaron los Oscars recibidos, que Claudette Colbert estaba convencida de que no ganaba y que se lo llevaría Bette Davis, cuando sorpresivamente la informaron a última hora, de que tenía que ir a recogerlo, ella se encontraba a punto de coger un tren hacia Nueva York. Se preparó a marchas forzadas y el Oscar le fue entregado por la precoz estrella Shirley Temple. 


 ''Un marido rico'' (Preston Sturges, 1942)
        Por Belén Estrada.



Preston Sturges era un reconocido guionista que saltó a la dirección en 1940 y pronto encarriló tres títulos que hacen que su nombre brille en el mundo de la comedia. Comenzó escribiéndole a Barbara Stanwyck "Las tres noches de Eva" (Lady Eve, 1941), siguió con ese ensayo sobre el cine obligatorio llamado "Los viajes de Sullivan" (Sullivan´s travels, 1941) y lo culminó con "Un marido rico" (The Palm Beach Story, 1942).




Carole Lombard era la elegida para protagonizar esta película pero falleció en un trágico accidente de avión. La elegida para sustituirla es la mejor opción posible. Claudette Colbert domina esta clase de personajes y les da un toque único. Colbert siempre consiguió introducir un punto picante y sexual a sus personajes de forma tan natural que mantenía a la censura alejada. Para mantener a la censura alejada, también se decidió cambiar el título "Is marriage necessary?" (lo que se traduciría como "¿Es el matrimonio necesario?") por el definitivo "The Palm Beach Story". Y es imposible que no venga nuestra mente "The Philadelphia Story" (Historias de Filadelfia), película con la que tiene más de un punto en común.




Gerry Jeffers (Claudette Colbert) decide divorciarse de Tom Jeffers (Joel McCrea) por sus problemas económicos. Gerry está cansada de vivir sin lujos y no quiere adaptarse a la vida de una modesta ama de casa. Tom intenta vender una idea que les haga ricos pero fracasa constantemente. Así es como Gerry se embarca en la búsqueda de un marido rico que la colme de atenciones.






Joel McCrea pocas veces ha estado mejor que bajo las órdenes de Preston Sturges. Un actor físicamente perfecto para papeles de galán pero tremendamente falto de carisma. Tras "Los viajes de Sullivan" vuelve aquí a encontrar el tono perfecto para el personaje. Tom está enamorado de su mujer y no piensa dejarla tan fácilmente. Podemos ver a Claudette Colbert como una continuación de su personaje en la fabulosa "Medianoche" (Midnight, 1939). Es una mujer con un plan muy claro pero a la que le pueden traicionar las emociones. La actriz francesa está simplemente perfecta. Y personalmente creo que con Lombard estaríamos ante una película muy distinta. Colbert revoluciona a todos los hombres con los que se cruza en el film. La actriz sabe jugar con ello siendo aun así todo lo que se esperaba de una mujer de su clase y época. No olvidemos que el Código Hays estaba pendiente de todo.


El punto más débil está en los personajes secundarios. Rudy Vallee y Mary Astor son dos hermanos millonarios que parecen la presa perfecta. Y lo parece tanto que pierde emoción. El acaudalado Hackensacker es demasiado bonachón y simple. Verle como una amenaza es imposible, como víctima es perfecto. A su hermana le da todo tan igual que tampoco nos preocupa. Afortunadamente, Sturges resuelve rápidamente el tramo final.



Los dos nombres que cargan a sus espaldas con esta película son Preston Struges y Claudette Colbert. Como decía al principio, Sturges viene de una inercia espectacular. Gracias tanto al guión como a la dirección consigue que la historia se nos pase en un suspiro. Apenas parecen tres escenas y se acabó. Colbert es la que sabe llevar a la práctica el estilo de Sturges, que aquí hasta se pueden ver ínfulas del mejor Lubitsch.



''Desde que te fuiste'' (John Cromwell, 1944)

   Por Javi Leiva.


"Desde que te fuiste" fue un proyecto que David O. Selznick estuvo buscando durante meses con el cual mostrar su apoyo a la causa aliada durante la guerra. Su intención no era hacer una película bélica, sino enfocar las experiencias de esas familias que se quedaban en casa esperano al familiar. Esta basada en un libro de Margaret Buell Wilder que consiste en una serie de cartas que ella escribió mientras su marido estaba en la guerra. Trata sobre las dificultades que tuvo en mantener sola a dos hijas adolescentes así como a la soledad común a la cual han de enfrentarse mientras marido y padre está lejos. Es un melodrama que refleja la lucha en la guerra, pero la de las familias en el hogar que se enfrentaban a un futuro incierto y de constante preocupación por sus seres queridos y además, manteniendo su propio hogar como un santuario para el retorno de esos soldados, ya no solo para darles la bienvenida sino también para demostrarles que su lucha no había sido en vano. Selznick quiso darle un componente más épico a la película, realizando una revisión completa del libro, añadiendo más personajes y extendiendo los papeles de las hijas.


Selznick se esforzó mucho para completar un reparto que estuviera a la altura de la película que tenía en mente. Para el papel principal de Anne Hilton, quería a Claudette Colbert, la cual al principió rechazó el papel. Colbert había tenido mucho éxito en la comedia, ganando un Oscar por Sucedió una noche. Pero Selznick sabía que era ideal para el papel y finalmente la convenció para que fuera el corazón patiótrico de esa familia, la cabeza de familia que mantiene a todos unidos siendo valiente y vulnerable a la vez. Selznick hizo especial hincapié en reforzar a Jane, la hija mayor a quien da vida Jennifer Jones la cual se sentía un poco mayor para ese papel. Jane es una chica que va madurando mientras se desarrolla la película. Parte siendo una adolescente con muchos sueños en su cabeza, la cual caer rendida a los pies de un timorato y (tal vez en exceso) cándido Robert Walker. Curiosamente, ambos estaban casados en la vida real y se separaron durante la película. Aún así, sus escenas son las de más intensidad emotiva y las más remarcadas a lo largo de la película.

Shirley Temple fue convencida por Selznick y salió de su retiro de dos años para interpretar a la jovencísima Brig, la cual poco a poco sale de su rigidez absorbida por su personaje lleno de carisma y mucho afecto. Estos jovenes actores están rodeados de un gran elenco de actores veteranos. Joseph Cotten ofrece la presencia más simpática y encantadora como Toni, quien con sus pequeñas bromas da un carácter más distendido al ambiente de ese hogar. Hattie McDaniel es Fidelia, la criada, en un papel tópico para esta actriz pero que realiza como nadie. Monty Woolley es el irritable inquilino que se instala en casa de los Hilton. Su personaje es prácticamente el mismo que en "El hombre que vino a cenar" y que despierta enseguida nuestra antipatía hacia él y sus manias, aparte del trato que le dispensa a su nieto Billy (Robert Walker). Agnes Moorehead es la egocéntrica amiga de Anne, la cual se cree más patriótica que nadie por los actos benéficos que realiza. También hay que apuntar el breve cameo de Lionel Barrymore como el clérigo en la iglesia y su pequeño pero intenso discurso.

"Desde que te fuiste" tiene escenas memorables y perfectamente rodadas. La fotografía de Garmes Lee y Stanley Cortez es maravillosa y es usada muy hábilmente, combinando la luz y la oscuridad para evocar atmósferas muy conseguidas y en diferentes formas. En una escena en la cual Bill y Jane están el el porche, la oscuridad crea un ambiente íntimo con solo un escaso relieve de los actores. En otras escenas, Garmes y Cortez evocan sombras para transmitir un sentimiento de soledad y aislamiento, como cuando las parejas bailan en el hangar debilmente iluminado mientras sus sombras bailan con ellos como un presagio del dolor que ha de venir. Seguramente, las dos escenas más recordadas son en la estación de tren las cuales tienen un grado de emotividad muy grande, aparte de las expresionistas imagenes que aporta Cromwell, tanto en el romántico beso de la pareja con la estación de fondo como la sombra alargada de Jane cuando Bill ya se ha ido en el tren, subrayando su soledad.

Tampoco hay que olvidar la banda sonora de Max Steiner, muy notable, de hecho ganó el Oscar (el único que ganó la película de 8 nominaciones). "Desde que te fuiste" es una de las películas más finas de Selznick y de las más logradas por Cromwell, el cual rodaba los melodramas con gran soltura, como de hecho demuestra en esta película, uno de los grandes melodramas de los años 40.

 

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