''El sueño eterno'' fue la segunda colaboración de los por entonces recién casados Humphrey Bogart y Lauren Bacall -se casaron en 1945, 18 meses después de enamorarse en el set de ''Tener y no tener'', su primera cinta juntos- se trata, bajo mi punto de vista, de su proyecto conjunto, más sórdido, complejo y sólido, de los 4 que protagonizaron como pareja principal.
Lauren Bacall había debutado con gran solvencia en 1944 en ''Tener y no tener'' cuando contaba con 19 años, gracias a ser descubierta por la mujer de Hawks en la portada de Harper's Bazaar y alertado por su esposa, contactó con la por entonces, modelo publicitaria para hacerle una prueba. El resultado fue muy positivo y la terminaron escogiendo para el papel femenino protagonista que le daría la réplica a Bogart en pantalla, el de Marie Browning. Bacall, relató que su romance con la mítica estrella no fue amor a primera vista, que se encontraron en el Estudio de Warner y él le confesó que había visto su prueba y se iban a divertir mucho, pero el amor surgió poco después. Lauren Bacall poseía una belleza muy personal, tenía estilo, elegancia innata y un talento arrollador. Su característico físico, su pérfida e intensa mirada y su voz grave, se acoplan como un guante al perfil que solía necesitar cualquier femme fatale memorable. Formaba junto a Bogart, una pareja cinematográfica formidable, ella era la mujer indomable y sumamente atractiva y él el tipo duro por excelencia, que termina rendido ante sus encantos.
''El sueño eterno'' hechiza, atrapa y apasiona, una de las mayores obras noirs que se han hecho en la Historia del Cine, con una atmósfera turbia y asfixiante. Muy madura, sobria, irónica, de estructura narrativa intrincada y por momentos, confusa, debido a que en la novela de Raymond Chandler en la que está basada, está plagada de personajes y multitud de nombres y hechos. Se eliminó del montaje final, una escena que esclarecía algunos hechos, esta maniobra contribuyó a maximizar la sensación de desconcierto del espectador, quedando ciertos cabos sueltos, mantuvieron por tanto, fielmente la confusión argumental tan propia de la novela de Chandler. La película fue pionera dentro del género negro, debido a la complicada manera de narrar sin desvelar los entresijos argumentales, de este modo, exige todavía más atención de la habitual para no perderse detalle. En el aspecto interpretativo, aunque todo el reparto está en estado de gracia, deslumbran sobremanera, la pareja principal, Lauren Bacall y Bogart, con actuaciones estupendas, muy medidas y convincentes.
La trama de la película no es lo primordial, es simplemente una excusa para reflexionar sobre algo más transcendental, lo más fascinante reside en la manera en que Hawks y su fantástico guión, analizan con virulencia las relaciones humanas y sus complejidades, se plantean interesantes preguntas en ocasiones sin respuesta, sobre la intrínseca naturaleza de cada ser humano. Una mirada mordaz y descreída sobre la condición humana en la línea del mejor cine noir, que actúa de espejo para mostrarnos los instintos más primitivos que albergamos en lo más hondo, reflejando así, una sociedad corrompida que podría ser la de cualquier país. De hecho, la crítica de su época, la tildó de ''inmoral y violenta''. Las relaciones humanas en la cinta se van entretejiendo a través de diálogos locuaces y veloces, hasta el punto de que, como el protagonista, desconfias hasta de tu propia sombra. El emocionante recorrido hasta la conclusión final, es más esencial que la resolución definitiva de la trama criminal, todos los elementos con los que cuenta esta mítica película, contribuyen a crear un visionado apasionante y adictivo para el espectador, que hace que sus casi dos horas de metraje se pasen volando, no hay lugar para el tedio en una producción tan estimulante -tanto intelectualmente como emocionalmente-. La clave es, que no importa el ''quien'' si no el ''porque'' de que alguien haya asesinado.
Los guionistas William Faulkner, Jules Furthman y Leigh Douglas Brackett, deberían seguir al pie de la letra la advertencia de Hawks de ser lo más fiel posible al material original para no desvirtuarla. Este trío de guionistas escribieron el primer borrador en ocho días y con ese material de partida, iniciaron el rodaje, que tuvo lugar casi todo en estudio. La complejidad y hondura de la historia -que contenía brillantes e impagables diálogos afilados y repletos de dobles sentidos y una estructura narrativa laberíntica-, les obligó a reescribir el libreto en varias ocasiones y añadir escenas adicionales que le dieran una mayor coherencia a la trama final. De hecho, 8 meses después de terminar el rodaje, Bogart y Bacall grabaron más escenas conjuntas, tal como deseaba el mentor de la actriz Jack Warner, buen conocedor del exitoso y excelente resultado de los jueguecitos de seducción, flirteo y réplicas brillantes, que hicieron de Bacall y Bogart una pareja legendaria cinematográfica, con una química genuina y desbordante, a pesar de los 25 años que los separaban.
Personalmente, creo que Bogart era el actor ideal para encarnar al tipo duro, en ocasiones, con un trasfondo amoral y turbio, pero nunca ha sido un intérprete que me haya entusiasmado, debido a su apariencia física hiératica y fría, no siempre conecto con él. Además, de que lo veo limitado y poco expresivo, interpretativamente hablando. Borda un tipo de papel muy concreto, pero sin embargo, no soy capaz de imaginarmelo en otros registros más diversos. Lo veo eficaz o más que solvente en algunas ocasiones, pero no brillante. Curiosamente, suelo mirarlo con otros ojos dependiendo de la actriz que comparta pantalla con él, al comprobar si funcionan como pareja o no. Diría, que su interpretación en ''El sueño eterno'' es de las más destacables que le he visto, junto a las de ''La reina de África'', ''Casablanca'' y ''En un lugar solitario''. Aunque hay algunos grandes títulos de su filmografía que tengo pendientes de ver y puede que mi valoración cambie más positivamente.
Los comienzos artísticos de Bogart y Bacall fueron muy dispares. Mientras que, Bacall se convirtió en actriz accidentalmente con una carrera que inicialmente estaba encaminada hacia el modelaje, gracias a que Jack Warner y Howard Hawks quedaron encandilados con ella y le sirvieron en bandeja su gran oportunidad cinematográfica ''Tener y no tener''. La entrada por la puerta grande de Bogart en el cine fue mucho más compleja, empezó haciendo papeles de poca relevancia durante los años 30 y como no le ofrecían gran cosa, regresó a los escenarios de Broadway por un tiempo. Desde el principio, se puso en tela de juicio sus verdaderas habilidades interpretativas -un crítico duramente llegó a afirmar sobre él, que ''era incapaz de actuar''- y su físico tampoco ayudaba, ya que no les encajaba en el prototipo de galán convencional. Su gran oportunidad llegó de la mano del actor Leslie Howard, que lo impuso como co-protagonista en ''El bosque petrificado'', advirtiendo al Estudio, que si no contrataba a Bogart, él no estaría en la película. La apuesta de Howard, por el casi debutante actor, dió buenos resultados y a partir de ahí, Bogie comenzó su carrera cinematográfica. En agradecimiento por el capote que le echó, Bogart llamaría a su hija pequeña con Bacall, Leslie.
Curiosidades
- En una determinada escena, en la cual Philip Marlowe (Bogart) entra en una librería para recabar información del caso que se le ha encomendado, aparece fugazmente, en una de sus primeras intervenciones cinematográficas, la estilosa y gran actriz Dorothy Malone (posteriormente, oscarizada como mejor actriz secundaria por su estupenda interpretación en ''Escrito sobre el viento'' del maestro Douglas Sirk).
- Tras el rodaje de ''Tener o no tener'', Hawks estaba obligado por contrato a rodar otra película con la Warner. En un primer momento, tenía en mente, cambiar hacia un registro totalmente diferente del noir, filmar una screwball comedy con Greta Garbo o Marlene Dietrich de un estilo similar al de Lubitsch, pero sus planes se fueron al traste, cuando les presentó el proyecto a estas dos divas y se negaron a protagonizarlo. Por tanto, Hawks no tuvo más remedio que renunciar a este proyecto y hacerse cargo de ''El sueño eterno''.
- ''El sueño eterno'' sería la última película que Hawks rodaría con Bacall y Bogart por las tensiones surgidas en el rodaje, debido a la mala época que estaba atravesando el actor, que estaba en trámites de divorcio de su mujer Mayo Methot, tras haberse enamorado de su partenaire durante la filmación de ''Tener y no tener''. Habitualmente, Bogart era muy profesional en los rodajes, pero esta turbulenta separación, afectó al buen ambiente en el set de ''El sueño eterno''.
El romance entre Lauren Bacall y Bogart fue todo un escándalo, no solamente por los años que los separaban, si no, especialmente, porque la llama del amor se encendió cuando la mítica estrella estaba todavía casado con su tercera esposa, la actriz Mayo Methot (que era una mujer endemoniada, incontrolable y alcohólica, Bogart incluso, llegó a temer por su vida, ya que su conyúge intentó dispararle con armas de fuego en algunas ocasiones). Bogart y Mayo, tenían una relación muy complicada, en los últimos años, los unían más los vicios -el alcohol- que el cariño que realmente se procesaban, las violentas discusiones entre los dos, eran constantes. Mayo tenía una dependencia insana por su marido, incluso le amenazó con el suicidio, de hecho, cuando le confesó la verdad sobre su relación con la joven actriz, fue ingresada en un hospital tras ingerir fuertes cantidades de alcohol. El trágico suceso llegó a oídos de Bogart y sintiendose culpable de esa situación, volvió al lado de su mujer oficial. Se comenta, que a manos de Mayo, llegó una revista que documentaba la ''love story'' de Bogart y Bacall y ella enfurecida, enseguida se repuso y apareció de improviso en el rodaje de ''El sueño eterno'' increpando duramente a Bacall, que rompió a llorar. La relación amorosa de Bacall y Bogart, en sus primeros meses fue tapada por la Warner (en la línea de lo que se solía hacer, para seguir manteniendo una imagen pública inmaculada y libre de escándalos de las estrellas más cotizadas de los Estudios, acorde a las exigencias morales de una conservadora América), los pobres protagonistas de esta inolvidable historia de amor, se tuvieron que conformar con encuentros clandestinos -dado el carácter adúltero de su unión- hasta que oficialmente (aunque desde hacía tiempo era ''vox populi'' que entre ellos, había algo más que una simple amistad) Bogart dejó de estar unido sentimentalmente a Mayo Methot, al conseguir el divorcio.
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