lunes, 19 de agosto de 2013

Raquel, Raquel (1968): Prometedor debut de Paul Newman en la dirección


Paul Newman sorprende en su debut como realizador, con una valiosa obra que emana sensibilidad, intimidad y honestidad. La vida de una treinteañera, que 14 años después de morir su padre, se encuentra atrapada en un pueblo sureño, con una desesperada búsqueda de afecto.
Su tediosa vida se resume, en dar clases en un colegio y volver a casa a cuidar a su madre. En el fondo, como persona, sigue siendo una niña, con un atroz miedo al contacto humano, muy introvertida, inocente y por momentos, casi al borde de una depresión.


La historia nos narra la gris existencia de nuestra protagonista, a través de flashbacks que rememoran su niñez en contraposición con su vida adulta, para explicarnos como llegó a esa época de tristeza e insatisfacción, en la que todas las mañanas debe de hacer un esfuerzo extra para conseguir las fuerzas necesarias para seguir adelante. Hasta que se enamora y cree haber encontrado, algo por lo que merece la pena vivir, pero las cosas no saldrán bien.
Newman cierra la cinta con un halo de esperanza, al revés de como la empezó, de manera deprimente. La mayoría de la película conserva un aire decadente, que es el tono adecuado para el tipo de historia tan demoledora que nos cuenta. A pesar de su convencionalidad, el retrato introspectivo que hace Newman del personaje central, es muy interesante y desgarrador, es una película que merece la pena. Joanne Woodward además, está estupenda, fue nominada al Oscar como mejor actriz. Y vuelve a demostrar una vez más, que es mucho más que la esposa del famoso actor, de hecho, la actriz había ganado un Oscar anteriormente, por su conmovedora y compleja interpretación en ''Las tres caras de Eva'', interesantísima cinta que hacía un incisivo retrato acerca de la historia real de una mujer que padecía un trastorno de múltiple personalidad.



Newman demuestra mucho tino detrás de las cámaras, no solamente es un actorazo, si no, también un director a tener muy cuenta, muy interesante. La cinta pone de manifiesto su inusitado talento para dirigir dramas intimistas. Su cinta, a pesar, de su sencillez argumental, es sólida y profunda, me ha sorprendido gratamente. El actor vivía en aquella época, una de sus etapas de máximo esplendor, contaba entonces con 43 años y ya reunía en su excelente filmografía, títulos magníficos y altamente recomendables, como ''El buscavidas'', ''Hud, el más salvaje entre mil'', ''Harper, investigador privado'', ''La leyenda del indomable'' o ''Dulce pájaro de juventud''. Se encontraba en un momento de su carrera, con plena libertad artística, en el cual, podía decidir qué hacer, pidió dirigir. Siempre tuvo en mente a su mujer como protagonista de su debut (más tarde, repetiría con ella, dirigiendola de nuevo, en la que considero bastante superior a la que nos ocupa en esta ocasión, me refiero a ''El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas'' o en una nueva adaptación cinematográfica de una obra del mítico Tennessee Williams ''El zoo de cristal'', entre otras), porque quería regalarle una gran oportunidad de lucirse interpretativamente hablando. No lo tuvo nada fácil para financiar su película, tuvo que rogarle más de lo previsto a Warner Bros, al final, consiguió la cantidad de dinero que necesitaba del estudio, a cambio, fueron obligados él y su mujer, a aceptar prolongar sus contratos bajo unas condiciones económicas poco ventajosas. Newman deseaba alejarse de propuestas comerciales a la hora de dirigir su ópera prima, por eso, le fascinó la idea de filmar un drama intimista... “Quería probar a Hollywood que se pueden hacer películas sobre gente sencilla, sin violencia y sin indios arrancando cabelleras”.

El guión se basa en la novela ''A Jest of God'' de la novelista canadiense Margaret Lawrence y fue adaptado para la gran pantalla, por el guionista de ''Rebelde sin causa'' (Stewart Stern).



La implicación de Newman en la película es bastante notoria, incluso se atreve a incorporar a una de las tres hijas que tuvo con Joanne en el reparto, Neil Potts interpreta a Raquel de niña, además de que ejerció de productor de la cinta.




Curiosidades

La película consiguió varias importantes nominaciones a los Oscar, para Joanne como mejor actriz, mejor película, Estelle Parsons como mejor actriz secundaria y mejor guión adaptado.

La cinta se rodó en Conneticut, el mismo estado donde vivía el matrimonio, intentando huír del bullicio de Hollywood.




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